La sexualidad como una dimensión más del ser humano

Dimensiones de la sexualidad

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Contexto de la sexualidad

Briztman (2005, p. 63) afirma que la sexualidad es anterior a nuestro conocimiento de
la sexualidad. La sexualidad siempre ha interesado al ser humano, tenemos evidencias de que
en la época griega y romana ya se interesaban por la misma. La forma de expresar y vivir la
sexualidad ha ido siempre en paralelo con la sociedad del momento, nuestras conductas y
actitudes en torno a ella han sido influenciadas por la sociedad imperante. “Todas las culturas
regulan la sexualidad en las diferentes etapas de la vida de una u otra forma” (Fuertes y López,
1997, p. 60).

A nivel científico

Sin embargo, a nivel científico no ha interesado, el considerarla todavía como tema
tabú no ha ayudado a elaborar amplios estudios e investigaciones al igual que ocurre con otras
disciplinas de las ciencias humanas y de las ciencias de la salud.
Ivan Bloch en 1909 definía la Sexología como ciencia y doce años más tarde, en 1921,
se celebraba el primer Congreso de Sexología presidido por Magnus Hirschfeld (Cabello y
García-Rojas, 2013, p. 9).

¿Es posible una definición de la sexología?

Por ello, la Sexología es una ciencia relativamente joven que estudia el hecho sexual.
Definirla podría ser fácil, “la dificultad radica en establecer un marco de estudio cuyos límites
no marginen a sectores considerables del conocimiento y de la población que viven la
sexualidad de manera muy diversa” (Cabello, 2010, p. 13).

A pesar de ser una ciencia que tiene más de un siglo, la Sexología no ha tenido un
avance como otras disciplinas en el momento de su aparición. No existe titulación universitaria
como tal, no existe Colegio Oficial Profesionalizador, no existe nada más que como formación
de Posgrado en contadas universidades, es decir, de forma anecdótica, singular. Fernández
(2000, p. 36) defiende que es necesario institucionalizar la ciencia de la Sexología igual que le
ha ocurrido al resto de disciplinas que ya han sido admitidas como tales por la comunidad
científica.

Es necesario institucionar la ciencia de la Sexología igual que ha ocurrido con el resto de disciplinas. Fernández (2000, p. 36)

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sexualidad humana se define como:

Un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las
identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la
orientación sexual. Se vive y se expresa a través de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, papeles y relaciones interpersonales. La sexualidad puede incluir todas estas dimensiones, no obstante, no todas ellas se vivencian o se expresan siempre.

La sexualidad está influida por la interacción de factores biológicos, psicológicos,
sociales, económicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos y espirituales
(OMS, 2006).

Es un aspecto central del ser humano, presente a lo largo de su vida. (OMS, 2006)

Del mismo modo y posteriormente, la Organización de Naciones Unidas (ONU) elabora
un informe donde expresa:

  • La sexualidad es un aspecto fundamental de la vida humana, con dimensiones físicas,
    sicológicas, espirituales, sociales, económicas, políticas y culturales.
  • No es posible entender la sexualidad sin referencia al género.
  • La diversidad es una característica fundamental de la sexualidad.
  • Las normas que rigen el comportamiento sexual varían drásticamente entre y dentro
    de las culturas. Ciertos comportamientos se consideran aceptables y deseables
    mientras que otros se consideran inaceptables. Esto no significa que estos comportamientos no ocurran o que deberían ser excluidos del debate en el contexto
    de la educación en sexualidad (ONU, 2010).
Cartel de la OMS sobre la salud sexual
Cartel de la OMS donde reconoce la Salud Sexual como una variable más de una Salud integral

La sexualidad es nuestra forma de reproducirnos como especie (López, 2009, 72). Pero
no solo somos un organismo vivo con grandes capacidades mentales, somos animales que
tenemos anima, emociones, sentimientos y afectos, específicamente humanos (López, 2009, p.
30).

En búsqueda de un enfoque global de la sexualidad

Fuertes y López (1997) recogen las ideas básicas sobre el término sexualidad:

  • La sexualidad es algo inherente a nuestro ser.
    Existe una mutua y continua interrelación entre los aspectos sexuales y los nos
    sexuales.
  • La sexualidad está mediatizada por todo lo que hacemos como personas, y a su vez
    influye en la forma en que pensamos, sentimos y nos comportamos (p. 242).

Es por ello que la sexualidad está mediatizada por poderosos impulsos de diversa
índole, que influyen en cada uno de los individuos y en sus comunidades. “La influencia en
múltiples manifestaciones de la vida económica, social, artística, religiosa… etc., es muy
notable y se plasma en una gran variedad de normas y leyes que regulan estos impulsos, en
función de determinados imperativos socio-políticos y/o ideológicos” (García-Blanco, 1990, p.
277).

Lo que pensamos y sentimos en relación con la sexualidad mediatiza mucho el modo
en el que la vivimos, la expresamos, la proyectamos… “Si consideramos que se trata de una
dimensión peligrosa o propia de jóvenes, o reducimos su sentido a la procreación, no existiría
una sexualidad en la vejez” (López, 2012, p.55), del mismo modo que no existiría una
sexualidad en la infancia, aspectos estos últimos que culturalmente hay que desterrar.

Una sexualidad genitalizada (visión reduccionista) supone no verse a sí mismo ni a la
otra persona en sentido global, sino escindido lo físico de lo personal (López, M., 2008, p. 29).

Entender la sexualidad desde un enfoque más global (visión amplia y crítica) es asumir que la
sexualidad y sus dimensiones están en el centro de la vida humana (De Pablo, 2005, p. 38)
sabiendo que vivimos en una sociedad plural que comprende una amplia gama de actitudes y
valores sexuales (Rathus, Nevid y Fichner-Rathus, 2005, p. 4).

Debemos entender, como nos indica Barragán (1991, p. 20), que la sexualidad es la
única función vital humana cuya diferenciación es dimorfa, adoptando una forma femenina y
otra masculina. A pesar de que las últimas corrientes nos hablan de la existencia de más
formas en algunas culturas determinadas (tercer género).

Dimensiones de la sexualidad

Por todo ello, la sexualidad es una dimensión del ser humano, que nos hace ser seres
sexuados desde que nacemos hasta que morimos, que evoluciona a través del aprendizaje y la
experiencia; y que se establece con base en tres esferas o dimensiones (ilustración 1):

Dimensiones de la sexualidad

  1. Dimensión biológica “sexo”: según la Real Academia de la Lengua (RAE) sería la
    condición orgánica, masculina o femenina. Por lo que sería el conjunto de
    características fisiológicas que nos convierten en mujer u hombre, haciendo que nos
    situemos en extremos reproductivamente complementarios.
  2. Dimensión cultural “género”: la RAE ofrece varias acepciones: conjunto de seres que
    tienen uno o varios caracteres comunes; grupo al que pertenecen los seres humanos de cada sexo, entendido éste desde un punto de vista sociocultural en lugar de exclusivamente biológico
  3. Dimensión psicológica “identidad”: sería la conciencia que una persona tiene de ser
    ella misma y distinta a las demás (RAE), que en este caso vendría determinada por las
    dos esferas anteriores.

Conclusión

Por todo ello, es necesario entender que debemos vivir la sexualidad de una forma sana y
libre, partiendo de que hay determinados trastornos que alteran nuestra sexualidad y/o
viceversa. Desde nuestro Centro intentamos dar respuesta de forma integral a los trastornos
para alcanzar el mayor bienestar en la persona.

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